"O me siguen o están muertos". Parece que les dijo un tal Chambers líder de "Cisco System" a todos los tramposos planetarios, o sea líderes como él

Parece ser que todos le siguieron, pues ninguno está muerto.

Una no puede pasar impasible ante la chulería de todos estos "líderes" de lo que sea, economía, política, cultura, armas en ristre.
¿Y qué ofrece esa empresa para que todos deban seguirle... a su líder? Parece ser que productos informáticos. Todos necesitan alimentarse, comida comunicación; y si te conviertes en el "mercado central" que provea esas necesidades, si se te consiente que todo "alimento", de la índole que sea, deba pagarte a ti parias para llegar a las bocas de los consumidores... Pues, o te siguen, o se mueren, está claro. Todos estos Gates-Google-Cisco. ¿Y han armado el cisco? Sí, el de a río revuelto, mercado que me consiente que acapare todos los alimentos y sea yo el dios que los distribuye.

Decía la entrevista de hace nueve años hecha a este... que armó el cisco: "El 80% del tráfico de internetet pasa por sus autopistas". Seguramente, entonces, también estaré yo pasando por las "autopistas" que se permitieron fuesen de este hombre y compañía que lidera. "Sus autopistas"; y todos deberemos pagar peaje. Sea en forma de "por aquí no circulas si no queremos", o "circula, circula, que cada vez me hago más millonario gracias a la publicidad parásita que endoso a las espaldas de tu circulación y tú como bobo ni te enteras, y si te enteras, da igual". Esto es como si el propietario de un automóvil consintiera en que las puertas y demás chasis de su auto portaran publicidad y el que se llevase los beneficios de que así afeases, por pura necesidad, las puertas y demás chasis de tu auto, fuese alguien que se ha autodeclarado, y así se lo hubiese consentido no se sabe qué patente, propietario de las autopistas por donde circulas construidas con el dinero previamente estafado a tus bolsillos en forma de cualquier iva u otro impuesto siempre gravando la necesidad no los lujos.

El misterio de la masa.... Y todas las contradicciones de la física. Todos estamos aquí pues no somos pelotas q a través d otras pasan; pero todos so-

mos montañas imbéciles de células gelatina. Dura impenetrable materia cuando no lo debiera ser; y ante la muerte anunciada al filo de la espada o de la bala: bloques indefensos de mantequilla.

Esta pelota que te lanzo
que tú me lanzas tu pelota
y en el aire chocan,
y que si no fuera por los campos
eléctricos en sus átomos
pasarían la una a través de la otra.
...
Y entonces ¿Por qué yazco ahora,
veo mi cuerpo desde arriba,
tras alojarse la hoja de tu cuchillo
en mi tórax?
¿Por qué los átomos, sus electrones,
de las moléculas células de mi cuerpo
no han sido un escudo igualmente,
un campo repeliendo el campo
de los electrones de los átomos
del acero de la hoja?
¿Por qué esos dos campos,
hoja de acero células de mi tórax
no han sido una barrera de fuerza superior
al empuje mecánico de una sola mano
y su decisión asesina?

Por lo mismo que las pelotas chocan
y no pasan una a través de la otra,
desde aquí lo veo.
Como dos galaxias entremezclándose
sin enterarse sus estrellas
a no ser por la fuerza de sus agujeros negros
intentando ser el centro del ente nuevo formado,
así hubiese pasado mi pelota a través de la tuya,
mis intereses mis conflictos,
sin afectarme, ni los tuyos a mí, ni a mí los tuyos,
fíjate si el espacio es grande para albergarnos,
si está vacío para que nada choque;
así hubiese pasado la hoja de tu cuchillo a través de mis células
sin encontrar ninguna con la que hacer tope,
chocar herir desarticular,
los campos eléctricos obrando de coraza,
los espacios vacíos, de aire,
contra el que la hoja se hubiese blandido inútilmente.

El misterio de la masa y sus campos eléctricos, de masa o de vacío,
aquello que parece existir para que nuestros conceptos familiares
no se vean amenazados y las pelotas reboten,
existe para mayor amenaza nuestra:
Los billones de células que nos componen
con sus millones de átomos cada una
incapaces de generar el campo eléctrico necesario
para parar la intención asesina de la filosa hoja,
como montañas inútiles de gelatina
en vez de impenetrable diorita
(es aún un misterio como los egipcios la labraron,
ese pulido de la estatua del que dicen faraón Kefrén,
ese terso acabado de los vientres de las ánforas
labradas en ese material)

Todo misterios,
que tampoco tenemos muy claros los que estamos de este Otro Lado,
nos empujase a él la hoja filosa del pequeño cuchillo,
un puñado de seconales pasando a través de la garganta
para reventar nuestros riñones,
o hayamos venido aquí como hayamos venido.
Tampoco los tenemos muy claros.
¿Y cómo ayudaros para que los cuerpos sean mera luz
que a través de otra mera luz de otros cuerpos pasen,
para que los cuerpos dejen de ser fantoches montañas de células gelatina
en vez de impenetrable diorita que únicamente un enigma pula?

Todo misterios.
¿De cuántos podremos presumir haber puesto fin
en el curso de una triste, o de unas milenarias, vida, vidas,
en el curso de una sola generación o de millones de la mismas?

Seguimos muriendo y casi tan desamparadamente
como en el fondo de su cueva el primitivo,
aquí al pie de nuestros ordenadores,
pequeños diarios, islas,
desde las que lanzamos el mensaje de nuestra impotencia
a las demás islas tan impotentes como una
por mucho que se socialicen en grupos o archipiélagos
para no considerarse desamparadas al embate de las furiosas olas
del fondo cósmico o del marino.

Tantas cosas que decir. Y eso olvidándonos de nuestra vida íntima, todas esas sensaciones del maltrato que nos da la vida, del agravio continuo a

nuestra inteligencia hecho por nuestros semejantes que la condenan a no existir, pues no formamos parte de grupo o grupúsculo alguno, ya bien científico, ya bien en las artes, grupito alguno de pensamiento o pensadores en general. Grupos, grupitos, todos siempre a ser considerados como mafias, grupos grupitos todos de delincuentes, hasta los más inocentes, aquellos, por ej. primeros y segundos cristianos que condujeron a la secta al lugar de criminalidad que ahora ocupa como poder, otro más de y en el mundo. Grupos, todos pelotón de los torpes y, por lo tanto, de fusilamiento de cuanto no comulgue con su secta.

Empecemos por la única vida que nos queda, esa, la de nuestra inteligencia, la de nuestro intentar encontrar el cielo como el amigo “genio” novelista del que hablábamos en http://soloveorosas2.blogspot.com/2009/07/el-descubrimiento-del-yo.html (encontrar el cielo que al que lo busca le aniquilan de un meteoritazo como lúcidamente expone el amigo “genio” en su novela) la de nuestro precario intentar descubrir el gran misterio que nos hizo o hizo a Todo.

¿Y por qué no? Algo hay que decir, o volver a decir.
Empecemos por π, ese número omnipresente en física atómica (como no atómica), esa viva contradicción si contemplamos otras posibilidades de espacios o geometrías. ¿Qué pinta π en las geometrías no euclidianas de las relatividades especiales? Se dice que π no es constante en ellas. ¿Qué pinta π si se dan las relatividades especiales por ciertas? Y además ¡Qué coños puede importar que los ángulos de un triángulo sumen 180 grados a lo euclidiano plano, o más o menos de esos 180 en las geometrías curvadas positiva o negativamente!
Aunque ¿representaría alguna ventaja o alguna iluminación especial sustituir π, por ejemplo, por h•c⁴, que las geometrías o el espacio emanasen de la energía y su masa relacionada, y no al revés?
En la fuerza eléctrica, escrita 1/4πε_o o es lo mismo c²x1^-7, tendríamos, en vez de un 4πε_o, un 1/h•c⁴ε_o. Pero como ε_o μ_o también están escritas bajo los auspicios de π, tampoco cambiaría nada en cuanto a las intensidades de esas fuerzas, magnética eléctrica. Simplemente lo harían ε_o μ_o, igualmente escritas bajo las instancias del 4π (μ_o =4π x1^-7, que sería μ_o= h•c⁴x 1^-7; o ε_o= 1/μ_oc², que al ser otro μ_o, ya no sería él, ε_o, tampoco el mismo) dándonos un espacio menos permeable, en ese factor h•c⁴, a lo magnético y más permisivo con lo eléctrico. ¿Contamos o es posible crear con o a un espacio de estas características, aunque nuestras supuestas “exactitudes” para los ε_o μ_o no nos digan nada al respecto?

Y puestos a sustituir ese π, si esto ha de ser más riemanniano que euclídeo, ¿qué pasa con la famosa constante del descubridor de la antimateria, Dirac, barrándonos la h de Planck, o sea dividiéndola por 2π? Si sustituimos, esta vez 2π, por lo mismo, h•c⁴…. Ahora obtenemos algo gracioso. Que la entidad o criatura de Planck, h, no es otra cosa que 1/c⁴

Parece ser que muchas constantes se nos quedarían en una sola, c, y sus cuadrados y sus cuartas potencias, simplemente ojeando qué les separa, qué separa las h planckianas o diracianas de los c⁴ (h•c⁴) , o la constante eléctrica e, de 1/c², e•69,44616166 (1/c²•e, tan constante de radiación segunda c₂=hc/k) Y aquí está nuestro 69,44616166 necesario para construir todas las masas a partir de la carga: 69,44616166eV(de la masa que sea)•e².

Toda una simplicidad ver c, el rostro inverso de c, como la carga eléctrica o la mínima energía y no como una mera velocidad. De paso nos quitamos de encima los latos π y su relación longitud diámetro, que no todo es circunferencia y eso aunque se curve.

No llego a nada, no consigo nada. Pero ¿acaso consiguió algo ni nuestro amigo Jesucristo? ¿Acaso consiguieron algo los Einstein los Dirac?, si lo examinas. ¿Para qué sirven las antimaterias y las relatividades aparte de dar empleo y sueldo a unos cuantos señores más o menos al tanto de lo que pueda ser el mundo visto desde la Física? Visto para bien o para mal, visto para conseguir algo o no conseguirlo. Sólo lo que nos acerca a desvelar el misterio sirve para algo. Y hay tanto que nos embrolla diciéndose de lo mismo acercarnos. Y hay tanto, y somos tantos, que al parecer no somos nadie, nada conseguimos ni nada pintamos, cuando quizá esté en nuestra condición de “piedra” rechazada en la construcción de todos, la categoría de “angular” para que no se les viniese el edificio abajo.