
(Ojos, en octubre de 2007 en mi diario "No existe la libertad de expresión") Ojos, los increíbles tuyos, tal vez si azules, tal vez si verdes,

que veremos a otras instancias vitales en su luminosidad verdor, en su luminosidad de cielo, ojos ¿que me hará contemplar lo que se esconde tras esa pequeña bolsita que se apuntaba ahí en mi ojo izquierdo, corazón asfixiado de vida infame tratada con cigarros por todo botiquín al alcance? (Cual tú, además con seconales, los 50 y los tantos otros antes)

Desde el Otro Lado mirabas, ya mirabas. Desde el Otro Lado. Como yo parezco mirar aquí al fondo de todo, al Fondo que te contiene, a esa Luz en el Fondo.
¿Qué hubieses hecho al ver los ojos tatuados en los tuyos? Se te quedó la incógnita para despejar en Otra Vida. ¿Qué hubieses hecho? ¿Resucitar, cuando viva, lo que no te permitió el resto de los muertos, ¿tus? ¿nuestros? semejantes? ¿Resucitar sin hacerlo del todo, cuando desde arriba, desde la dirección en la que se localice esa otra dimensión, te han permitido, o tú has logrado acceder a los ojos que llevabas en los tuyos tatuados, al fin acceder después de recorrer con tu antorcha encendida el infinito océano de las almas de la Otra Vida y dar con mi hermana el eslabón que te ha permitido acceder al registro de unos ojos, que oh amor mío y aun muerta te seguiré buscando?