"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

miércoles, 22 de octubre de 2008

e y c las dos NO-CONSTANTES que sobrevivirán cuando h haya pasado a la historia

Tú y yo lo sabemos hermanita. Pues estamos en un mundo electromagnético, del cual hasta ensoñaciones de él son las mismas masas, ensoñaciones o efectos o sus productos.

Para remachar lo dicho hace unos instantes en "No existe la libertad de expresión"

c tan dependiente de e, e no tan constante. Velocidad de la luz que te verás modificada, vaya que sí, por la unidad de carga cambiante, no tan constante. Pues la carga no es otra cosa que sus fracciones y múltiplos, y la e su valor fundamental hasta ahora tenido por lo mismo 1,602177329-19 Culombios juega a valores otros, a más energía o a más coherencia, o incluso a más bajas temperaturas.

Estamos en un mundo electromagnético, del cual no escapamos ni cuando somos cadáveres por esta materia tan desamparada o incomprendida (por nosotros los que estamos en la obligación de entenderla) que nos conforma y de la que seguimos presos a estos niveles de incomprensión o no dominio de la naturaleza.

Estamos en el mismo mundo hermanita, tú ya del Otro Lado, donde no habita la incomprensión. Donde todo reside iluminado por LA INTELIGENCIA, la verdadera inteligencia: la bondad del entendimiento, el único bien del mundo. Y el único mal: todo cuanto reside lejos de esa INTELIGENCIA. Verdadero y auténtico electromagnetismo o luz. Esta coherencia cuántica, que diría el sr. Penrose para definir el alma o la conciencia. Esta apiñada eléctrica configuración que nos conforma. Sea cual sea su cifra.

Y aquí deberíamos construir nuevamente las masas, como ya hicimos en "La masa vista como una resistencia" a partir de la resistencia de Hall fundamental: 69,446124052 x h·c4 = 25812,80588 (ellos, la física y sus empleados, escriben: h/e2)

Esta resistencia de Hall o cuadrado de 69,44612405 x h·c4, sería en las partículas por otro 69 más, ó 69,446124053 x h·c4 x nº de partícula x e2 , para escribir todas las masas. Y "Número de partícula", ese arcano que decimos allí en "Solo veo rosas III", artículo enlazado, no otra cosa que, vueltas con la carga y sus consecuencias: vibraciones o energías, el tiempo de la vibración, recíproca de la frecuencia, por ej. en el protón, entre la carga fundamental, o que así vemos en nuestro mundo de ahora, o nuestra física actual, como fundamental, e : 1,602177329x10-19 / 4,4398238x10-24 = 36086,50706 ; o las vibraciones del protón, o cualquiera otra energía partícula: 2,252341636x1023 / 6,241506367x1018 , electrones o cargas eléctricas en un culombio de carga.
Número de partícula (quitándole su derecho a ser el carnet de identidad de la partícula la invención de Schrodinger que llaman ecuación de onda) y/o por 69,446124053 x h·c4 y e2 la Física, con mayúsculas, debería decir porqué. Las masas no otra cosa que un voltaje u Ω (ohmios) resistencia por el cuadrado de la carga
h·c4 Esa mínima energía de la que quiere prescindir la Física escribiendo la h así: ħ, h entre 2π, como si estuvieran jugando al corro de la patata o círculo, y quizá la Naturaleza no prescinde de ella sino que la adjunta como vemos en mi forma de escribir las masas.
Y un 69,446512405 eV o Voltios adjunto a los Voltios, o eV, que en sí es la masa, para escribir éstas así: 69,44612405·eV·e2 También debería decirnos la Física con mayúsculas el porqué de lo mismo.

Universo Mariposa, esto que pronto descubrirá el CERN para acabar con cuantas redondeces forzadas para esta hélice áurea del mundo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Pesando el alma

¿Es posible que esto se llegase a realizar desde la ciencia? Lo leo en una revista que tú subrayaste, tú leíste mi querida hermana apenas dos años antes de tu muerte, tú ignorando todavía, o a punto de conocer tu sentencia a muerte o cáncer.

Dos doctores en medicina decididos a saber a principios del siglo pasado si el alma existía, por un procedimiento tan rudimentario como la balanza. Y parece ser que en sus procedimientos tan grotescos como macabros: colocar en una balanza los cuerpos agonizantes de personas, en el segundo caso, animales (¡y en ambos, recuérdese, en ambos, se fue a obtener el mismo resultado: la existencia del alma o de "algo" que pesaba, unos gramos más o menos según el tamaño del animal o lo evolucionado!) y ver si en el momento de expirar, la balanza mostraba una diferencia de peso. Ya hemos dicho en el paréntesis que sí, que sus resultados fueros ésos: Un pesar menos el cuerpo después de expirar que antes.

Y pudo ser el aire lo que pesaron, el aire que dejaba de entrar por los pulmones saliendo de ellos el último aliento. Eso pesaron: El último aliento de unos desgraciados que hasta en la hora de morir fueron tratados como lo que en el fondo todos somos: lo que la carne en las carnicerías, pescado en las pescaderías: Un conglomerado de proteínas más o menos desechables.

Aunque bien mirado, tampoco es menos tonto el procedimiento del gran gurú de la Física, Roger Penrose, para lo mismo: intentar darle un descubrimiento físico al alma, como si "alma" fuese algo distinto del entero cuerpo que la sustenta, no solamente cerebro, aunque sea él el que lleve la batuta de los sentimientos pensamientos. Penrose la vio o la ve, quizá no abandonó su idea, en los microtúbulos que forman los axones, también las dendritas. Microtúbulos, unos orgánulos de lo más curiosos de los que yo también estuve enamorada, o estoy, esa geometría tan mistérica como el dodecaedro pitagórico, o los números de oro de los que se construye todo pentáculo, geometría microtubular que también constituye el esqueleto de nuestras células, o esos tubos huecos de órgano que conforman el huso que posibilita las divisiones celulares. Penrose hablando de una correlación cuántica ¿protagonizada sólo por los órganos de esos microtúbulos? que es lo que conformaría el alma.

Una correlación cuántica: Muchas unidades de ese orden, átomos o partículas, trabajando como si fuesen una, conformando otra forma de presentarse la materia o sus acciones, efectos, a lo que conocíamos de ella, a modo del llamado "condensado de Bose-Einstein".

Una correlación cuántica que, como la superconductividad, pudiese darse a temperatura ambiente, no sólo a las desconsoladas heladoras. Temperatura, temperatura, otro sueño de la razón produce monstruos, como la velocidad c.

Unos pocos átomos sólo, hermanita, unas partículas, capaces de sustituir la montaña de ellos que ahora somos, esta montaña del infierno llamada cuerpo de aquí, y ser el que tú, y ya no por la revista que leíste dos años antes de tu muerte, sabes que somos, que eres, que seremos. Una correlación cuántica precisa, esa que yo perseguí, y creí, creo, encontré, que se hiciese posible, ella u otra, aquella a la que den descubrimiento quienes tienen la fortuna de manejar los componentes físicos fundamentales que son el mismísimo origen de la vida. De esta vida y sus burdeles que no vergeles, y de los vergeles vuestros. Oh Alejandra, tu Jardín, ahora sí TU JARDÍN.

miércoles, 1 de octubre de 2008

"Cuando vea los ojos / que tengo en los míos tatuados"

¿Éstos tal vez? ¿Para éstos?
(Ojos, en octubre de 2007 en mi diario "No existe la libertad de expresión") Ojos, los increíbles tuyos, tal vez si azules, tal vez si verdes,
que veremos a otras instancias vitales en su luminosidad verdor, en su luminosidad de cielo, ojos ¿que me hará contemplar lo que se esconde tras esa pequeña bolsita que se apuntaba ahí en mi ojo izquierdo, corazón asfixiado de vida infame tratada con cigarros por todo botiquín al alcance? (Cual tú, además con seconales, los 50 y los tantos otros antes) Ojos, cual si ya de muerta, los tuyos tan tristes por ahí asomando en esa foto del cabello largo (¿a qué alma inexistente pretendías enredar con ellos, o enredarte con ellos?) Por eso los tumbé en esa postura, muerta tú, triste: muerta con ellos, dulce desolación abriendo sepulturas.
Desde el Otro Lado mirabas, ya mirabas. Desde el Otro Lado. Como yo parezco mirar aquí al fondo de todo, al Fondo que te contiene, a esa Luz en el Fondo.

¿Qué hubieses hecho al ver los ojos tatuados en los tuyos? Se te quedó la incógnita para despejar en Otra Vida. ¿Qué hubieses hecho? ¿Resucitar, cuando viva, lo que no te permitió el resto de los muertos, ¿tus? ¿nuestros? semejantes? ¿Resucitar sin hacerlo del todo, cuando desde arriba, desde la dirección en la que se localice esa otra dimensión, te han permitido, o tú has logrado acceder a los ojos que llevabas en los tuyos tatuados, al fin acceder después de recorrer con tu antorcha encendida el infinito océano de las almas de la Otra Vida y dar con mi hermana el eslabón que te ha permitido acceder al registro de unos ojos, que oh amor mío y aun muerta te seguiré buscando?

"Canta como si no pasara nada / lastimada mía", que recordaba a Cervantes Alejandra. Como si no pasara nada, cuenta, cuéntalo como si no se tratase de

nada. (o “canta lastimada mía” el “como si no pasara nada” es cosa o cosecha de Alejandra)
Y de nada se tratará efectivamente, pero no quiere ello decir que por no tratarse de nada no siga yo aspirando al todo, al que del todo, o de todo se trata, aspirar a ese quid de la cuestión, piedra angular, llave del astuto conocimiento (yo que no fui nunca astuta ¿y por ello me quedé en nada, nadie, en el cero que a la cuenta se pone de los números rojos, en el molesto guijarro que todos pisan?, ojalá les agujeree no sólo el zapato sino el pie, tanto agujerearles que a la médula de todo, todos, se instalase el molesto guijarro)

Efectivamente contaré lo que me importa o atosiga.... como un juego, como si aquí no hubiésemos pretendido nada (pretendiéndolo todo que pretendiendo bajar a dios de los cielos, apearle de su fantástico burro) ; pero no ahora.
Grupo poético de Sombra & Sombra Dentro de mí con ella que es yo El extraño caso de una generación fundándose a sí misma.
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