por la magia de este tirón trágico.
Estoy atrapada en este sentimiento,
me lo siento crecer como la yerba
de la que hablara Wilde.
Yerta, sin magia,
debajo de esta angustia verde.
Raspo, con furia a veces, esta tapa
que a muerte de otro color conduce
si noto que se esfuma.
No aprendí la cruda
lección de la serpiente.
Es lo único que me falta,
lo que poseen todos los de esta especie
de no se sabe qué hecha:
Quitarse lo inservible para la supervivencia de encima,
lo que no enriquece el material bolsillo.
¡Y veo muerte en todo!
pobreza a cada paso;
ya he dicho que si raspo,
a muerte peor conduce.
Veo muerte:
¿De sentirme tan viva?
Condenada a la soledad.
La única riqueza que veo en todo esto
es el espejo devolviéndome
(¡Qué Alejandra, sin conocerla,
me salió este verso!)
¿Tendré la muerte de Narciso,
algo tan soso?
Tendré su vida, tengo:
En compañía del lago en el que habitan
mis afines,
delfines y sus cantos.
Meto el dedo en la onda
para tocar sus rostros
(En el tuyo di Alejandra);
mi misma llaga toco.
De idéntica soledad,
la misma herida,
quedaron atrapados.
¡Salir a rastras!
¡Salir envenenando!
Defenderme de él
(Es imposible la tal defensa
si el lago eres,
si lo más bello
¿y cómo huir,
cómo vivir sin tu alma?)
...Y encuentro siempre dentro,
sintiendo un gozo extraño
en este mar de llanto
que debería verter.
Y, aunque algunas lágrimas,
debo reconocer que una sonrisa
cual misteriosa iluminación
las disipa del rostro.
Pero algo haré:
Sacar el fruto de debajo
de esta madera materia
y ponerlo a la luz
para que coman todos.
Los sacrificios no sólo se hacen
con hostias de pega
en esos baratos teatros
conocidos por iglesias.
¡Está aquí!
En lo que sale de debajo
de la cáscara con la que viajo
como cada quien.
De navegar en ella
igual que en barco
de famoso holandés,
harta;
pero esta vez sé
...El puerto.
Del descanso
que, roto el casco,
al fin tendré.