Va lamiendo la lágrima del ojo
la bruta realidad
hasta dejarlo seco
e intacta la cruel visión.
Ni de llanto es capaz
la ya exprimida cuenca.
Hasta que te sorprende esto que llaman vida
con otra siniestra actuación:
No cuesta casi nada despojar de sus vidas a las buenas personas;
otra muerte más.
....Sagrada vida
convertida en otra muerte más.
Estas son las únicas manifestaciones extraordinarias
de esto que llaman vida.
Cuántas veces has recurrido al llanto para frenar caídas:
Te admiras de que brote una lágrima más.
Peces muertos, agüitas de colores.
No es llanto lo que viertes;
es pus de herida.
La primera lágrima es agua clara,
la recibes con manos enlazadas
dispuestas para orar.
La última que lloras,
es ira levantada
por herida infestada
y afán de contagiar....
¡Y si enlazásemos nuestros llantos por los muertos
como los fusiles codo a codo en las batallas!
Segura estoy que descabalgábamos al Altísimo o Similar
o Principio de vida, él sí Príncipe de Todo no sólo mundo,
de su lugar de privilegio.
Caído convirtiéndose en un mar de explicaciones....
¡Eso. Que ello se nos revele:
Que no se oculte Dios!