Sólo vivo para tender un puente

entre dos mundos,
para tocar tus dedos desde aquí
y establecer contacto.
Dos galaxias para las que ya no exista
desviación al rojo.
Un Más Allá y un Menos Acá
llamados a encontrarse,
un fuego devorándonos
las lenguas del espíritu.
Ellos recuperando todas sus posesiones:
Templo sagrado que contuviera un alma,
cuerpo ahora sepulto
cenizas de los aires.

Un Día de Juicio
donde no haya lugar más
para profesionales de la medicina
o investigadores
que conviven con el que se muera
a los 20 a los 38
sin buscar más que el prestigio o la cartera
en los pliegues de la ignorancia
sobre la que ejercen su oficio.
Ignorancia que más parecen aumentar
con su enfoque equívoco
que anular sus sombras,
zoquetes tratando con el gran misterio de la Vida,
seres oscuros metidos a meteoros deslumbrantes,
como la falsa poesía usurpa a la auténtica,
¿para anular pantanos de sombras
o para crearlos?
-¡He aquí como me hundo!
Grita la luz que habita este lugar no firme
donde todo está condenado a perecer
para ser regenerado.

...Y todo sería tan hermoso
si esa regeneración fuera obra de hombre
no asunto de regalo,
obra de nuestras manos
no de ningún Dios ningún martirio.
Obra de nuestro esfuerzo creador,
no de que nos aniquilen aun antes de realizarlo,
que de esa muerte impropia
escuchando el Cosmos el grito
demandando Justicia
se ponga fin a todo.

Y sólo vivo para tender un puente
tocar tus dedos desde aquí:
Establecer contacto.

Parece que el único contacto hasta el momento con el mundo de los muertos, hermana mía, el contacto más vivo no ha sido contigo sino con aquella que tú desde el Otro Lado trajiste a mi vida. ¿Está Alejandra contigo? ¿Estáis esperando en esa Puerta de Gloria, almendra mística, entrada-salida del túnel, agujero de gusano es el feo nombre científico que le dan por aquí, túnel de luz dicen los que regresan de muertes aparentes o clínicas, verdaderas muertes como las vuestras pero de las cuales la medicina, o la pericia de los que la practiquen, puede regresarles?