Para que pueda abrazar en verdadero Amor
a los que hago mal en considerar mis muertos
siéndolo yo,
para verlos de nuevo
acabando con esta cruel separación,
debo saber
1º Que eso, que soy el muerto,
que lo soy respecto a la realidad más alta
que ellos ya habitan;
y 2º Obrar en consecuencia:
Si aceptamos algo como eso que llaman dios
y no es un dios de muertos,
si la Verdad la Vida no quieren saber nada con su negación
¡Debo hacer lo posible y lo in por resucitar!:
Alcanzar la perfección.
Subir al peldaño último de todo Conocimiento
ese que despoja de todas las soberbias.
Y cuando el velo de la ignorancia haya caído de mis ojos....
¡Estaré al lado de Dios:
al lado de sus Vidas!,
las vidas de aquellos que estuvieron tan dispuestos a despojarse de todo
que hasta sus cuerpos dejan aquí
para tormento nuestro
que vamos a buscarlos donde no están:
En sus pertenencias abandonadas en el campo de batalla
de la vida minúscula que nos procuramos - procuran.
¡Busquémoslos, tengamos el coraje, en el lugar do habitan!:
Ahí donde lo dejo todo sin dejar de ser yo,
en la trasparencia de mi desnudez que nada necesita.
Y lo que ahí está, ahí está,
pero yo soy yo.
Padre, Isabel, Carmen.
Y ni siquiera el nombre.
Tía, abuela.
Sin identificación.
Y si hábitat de Perfección
no necesita ni de siquiera nombres
de los que allí se encuentran.
¿Qué pensar de las sociedades expedidoras de DNIs?
¿Que son la Bestia del Apocalipsis marcando con su cifra
la cabeza castrada del que pertenece a, a ellas pertenece,
sin ser jamás dueño de ni su propia vida?
Hoy, a quince años de lo escrito ahí, no puedo asegurar aquello de que el lugar de la Perfección no tenga nombres, ¡CUANDO ES PRECISAMENTE ESO!: ESA RELIGIÓN.
Mi Nombre con tu Nombre Alejandra
y el Nombre de mi hermana Isabel
con el que deba ir