Por evitar la injusticia que es que mueras

con 37 años, todos tus sueños por cumplir, hermana que me dejas huérfana de la mitad restante de este mundo al que ya le faltara medio rostro después de otro fallecimiento: nuestro padre (Así ven el mundo, a medias, los huérfanos de alguien, algo, sobre todo si padres si raíces) ; por evitar esa injustica... Hora final por la que pasas. Mis manos atadas, sin remedios. Hora última de un reloj biológico sin refinar, de un reloj biológico criminal...
Huérfana en esta soledad que es hombre
de la mitad del mundo,
decía,
para concluir ahora:
Huérfana en esta soledad que es hombre
de por entero el mundo.
¡Por evitar esa injusticia!
Alzo mi voz en medio de esta conjura de torpes criaturas
para escribir lo mismo que desde hace veinte años.
Guíame por sus sombras, como Beatriz a Dante,
sea para alcanzar algún objetivo.
Toda mi palabra tan muerta como tú,
TAN ASESINADA DE LA MISMA VIOLENCIA INCONSCIENTE
DE LA MISMA ROÑA MISMA MISERIA UNIVERSAL.
Guíame para que de este cieno-conjura
de torpes criaturas
extraiga palabras como lirios
convocando al Cosmos a la transmutación inminente.
¡Y ver la muerte morir!,
ver las conjuras, la necedad morir.
Tu vida volver resplandeciente,
sus vidas.
Las nuestras igualmente emergiendo
de lo crepuscular a la Eternidad
océano de luces.